Cuando lo remoto se vuelve presencial: el encuentro CCS en DevOps Days Medellín

mayo 28, 2025 Copy link

Trabajar 100% en remoto tiene muchas ventajas, pero también un gran desafío: la distancia. Nuestro equipo está distribuido por toda Latinoamérica, y también tenemos miembros clave en Europa. Cada día nos conectamos a través de herramientas digitales, colaboramos en tiempo real y sacamos adelante proyectos complejos sin importar la ubicación. Pero lo cierto es que pocas veces tenemos la oportunidad de compartir espacio físico.

DevOps Days Medellín 2025 fue esa oportunidad. Un evento clave para la comunidad tech en la región, y también el punto de encuentro que nos permitió reunirnos, mirarnos a los ojos y conversar sin pantallas de por medio. Algunos llegaron desde distintas ciudades de Colombia y otros cruzaron el océano: Antony R. Goetzschel, nuestro CEO, y Javier Pinilla, nuestro CTO, viajaron desde Alemania para estar presentes.

Fue una ocasión especial, no solo por el evento, sino por el valor humano de compartir tiempo juntos. Porque cuando lo remoto se vuelve presencial, el equipo también se transforma.

¿Qué significa trabajar remoto en CCS? 

Desde nuestros inicios, la cultura remota forma parte del ADN de CCSolutions.io. Para nosotros, no se trata solo de trabajar desde casa, sino de construir una forma de colaborar que combine autonomía, confianza y una conexión auténtica entre personas. Trabajar desde distintos países y zonas horarias nos ha llevado a ser intencionales en todo lo que hacemos: cómo nos comunicamos, cómo nos organizamos y cómo cuidamos del equipo.

Usamos herramientas como Slack, Google Meet y Click Up para mantenernos alineados, comunicar avances y construir juntos día a día. Pero más allá de la tecnología, lo que realmente sostiene esta dinámica es una cultura basada en la responsabilidad compartida y la transparencia.

El trabajo remoto también exige mucho: claridad, disciplina y una comunicación constante. Por eso, nos apoyamos en procesos bien definidos, espacios de feedback continuo y rituales de equipo que fortalecen la confianza. Y no olvidamos lo más importante: el bienestar de quienes forman parte de CCS.

Aunque estemos lejos, buscamos crear espacios que fomenten el equilibrio entre lo personal y lo profesional. Promovemos horarios flexibles, pausas conscientes, y momentos para compartir más allá del trabajo. Porque sabemos que cuidar de las personas es cuidar del equipo.

La magia de verse cara a cara 

Hay algo verdaderamente especial que ocurre cuando apagas la cámara y ves a tu equipo en la vida real. En Medellín, compartimos risas espontáneas, caminatas improvisadas, charlas que no estaban en la agenda y muchas tazas de café (y algunas cervezas). Pero sobre todo, vivimos algo que veníamos esperando hace tiempo: la emoción de encontrarnos por primera vez fuera de las pantallas.

Ese primer abrazo, esa primera carcajada compartida sin delay, esa conversación que no necesitó emojis para sentirse cercana… Fueron momentos únicos. Fue quitar la barrera de la distancia y confirmar algo que ya sabíamos en el fondo: que trabajamos con personas increíbles.

Conocernos en persona nos permitió llevar la confianza más allá del teclado. Poder mirarnos a los ojos, molestarnos con cariño, hablar de la vida mientras caminábamos o esperábamos un almuerzo, fue reconectar con la esencia de lo que somos como equipo.

La conexión humana se volvió tangible. Se reforzó la complicidad, aparecieron nuevas ideas y todo fluyó con una naturalidad que solo nace cuando hay cercanía real. Más allá de herramientas o procesos, lo que hace posible lo que hacemos día a día es eso: las personas, con sus historias, talentos y ganas de construir juntas.

Compartir la experiencia del evento

Más allá del reencuentro, vivir DevOps Days Medellín en grupo fue algo que hizo la experiencia aún más significativa. Llegamos juntos, nos movimos como equipo, y cada conversación, con la comunidad, con otros speakers, o entre nosotros,  se volvió más rica gracias a la diversidad de miradas que llevábamos desde CCS.

Tuvimos la oportunidad de ver a nuestro CEO, Antony Goetzschel, en acción, tanto en su charla como en el workshop sobre bases de datos en Kubernetes. Escucharlo en vivo, con todo el equipo presente, fue inspirador y motivo de orgullo. También fue un espacio donde reforzamos nuestras propias ideas, aprendimos de otros y conectamos con colegas de distintos países y trayectorias.

Almorzamos juntos, compartimos paneles, descubrimos nuevas tecnologías y discutimos lo aprendido en cada charla. Y entre todo ese corre corre, también hubo espacio para reírnos, hacer chistes internos, compartir miradas cómplices y disfrutar simplemente de estar ahí. Todo eso, acompañado de la complicidad que solo se genera cuando vives una experiencia intensa con personas que comparten tu visión.

Un equipo más fuerte

Después de compartir tantos momentos, no volvimos igual a nuestras rutinas. Cada conversación presencial, cada idea lanzada entre cafés o risas, dejó una semilla. Reencontrarnos nos permitió fortalecer vínculos, aclarar visiones y descubrir nuevas formas de colaborar.

Algunas iniciativas que hoy están en marcha surgieron en esas reuniones improvisadas: desde mejoras en procesos internos hasta propuestas para nuevos contenidos y estrategias. La creatividad fluye distinto cuando las personas se sienten más cerca, cuando hay conexión real más allá de las tareas del día a día.

Pero más allá de lo tangible, nos llevamos algo todavía más valioso: la sensación de pertenencia. Volvimos con la energía recargada, con la certeza de que estamos construyendo algo importante y, sobre todo, de que lo estamos haciendo juntos.

Siempre juntos, estemos donde estemos

Aunque no todo el equipo pudo estar presente físicamente, en cada risa, conversación y abrazo los llevamos con nosotros. Cada momento compartido en Medellín fue también un homenaje a quienes hacen posible que CCSolutions.io funcione cada día, desde distintos países y zonas horarias.

Este encuentro nos recordó la importancia de crear espacios donde podamos vernos, escucharnos y reconocernos más allá de las pantallas. Porque si bien el trabajo remoto nos permite flexibilidad y alcance global, vernos en persona potencia lo más humano de trabajar en equipo: la empatía, la colaboración genuina y la inspiración compartida.

Ojalá este sea el primero de muchos encuentros. Espacios para conocernos más, aprender juntos y seguir construyendo como comunidad. Porque en CCS, la distancia nunca ha sido un límite: es parte del camino que decidimos recorrer, juntos.